[carta anónima]

 

    A medida que los días se acortan. A medida que el pasado se emborrona y el futuro oscurece. A medida que el cielo nocturno se hace más y más pesado sobre mi nuca. Que la luz blanca de las estrellas se confunde con el negro de mis pensamientos. A medida que los murmullos lejanos de personas queridas desaparecen. Y que aquellos días de verano pasan a ser no más que una fotografía estropeada.

    A medida que vivo. Más te aprecio.

    A quién gritaría si no. A quién. 

    A veces creo haber llegado a un callejón sin salida. A veces creo haber abierto una puerta al infinito. Pero de lo que no me doy cuenta. De lo que nunca me doy cuenta. Es de que confundo el creer con el querer.  Creo que mi mundo se va construyendo mediante trocitos de lo que quiero, y no acabo de comprender -idiota de mí- que en realidad quiero que mi mundo se construya a partir de lo que creo. Y muchas veces uno reniega de lo que se le ha concedido por el simple hecho de no haberlo pedido. Y yo -necio de mí- siempre pedí tener lo que no está a mi alcance. Siempre deseé aquello que no puedo obtener. 

    ¡¡Qué broma de mal gusto!!

    Cómo puede ser. Cómo puede ser feliz alguien que cree tener una meta. Que quiere tenerla. Pero no hay meta. No la hay. Solo hay un horizonte vasto e inescrutable. Lleno de posibilidades. De historias. De personas. De amor. Y de odio. De sufrimiento. De paz. De todo. Y de nada. 

    Venimos al mundo con la osadía de querer elegir y nos vamos con las manos vacías, exigiéndole justicia al destino. Nos pasamos la vida buscando. Buscando un lugar al que ir y una persona a la que querer. Y no cesamos hasta que los huesos se erosionan y la piel se deshace. Algunos pobres diablos ven entonces toda la felicidad que han echado por la borda.

    Gracias a ti sigo aquí. Gracias a ti estoy vivo. Y en ti encuentro la fortaleza necesaria para recoger mis pedazos de entre los restos de este campo de batalla. Pedazos que yo mismo desgarré. 

    No sé si alguna vez volveré a estar completo. Pero no me importa. No me importa una mierda. Porque sé que es suficiente. No necesito más. Lo tengo todo. 

    Lo tengo todo porque te tengo a ti.